Vivimos tiempos belicistas. O tiempos en los que determinadas instancias de poder se empeñan en llevar al mundo al límite para seguir equilibrando –valga el eufemismo– el orden mundial a base de guerras. Tenemos la guerra de Ucrania aquí al lado, el genocidio en Palestina un poco más allá y las tensiones avivadas por las potencias de siempre en otros puntos calientes del planeta. Y la retórica cansina, viejuna, de la guerra se empeña en asaltar portadas en los medios de comunicación sin reparar en lo que le hacen las guerras a los cuerpos, a las personas. Esta obra es, en este sentido, una joya, que sin centrar su argumento en este punto concreto, genera un paisaje de fondo agudo, genial diría incluso. Probablemente Miguel Delibes no sabía que 50 años después de escribir esta historia, cobraría tal potencia el fondo de su relato.
Historia escrita con esa exquisitez lingüística que caracterizó siempre a Miguel Delibes
Historia escrita con esa exquisitez lingüística que caracterizó siempre al autor vallisoletano, que concentra en el personaje de Pacífico Pérez, no solo su propia aversión a la guerra (el nombre del protagonista no es casual), sino la sensibilidad de un sentimiento, un modo de vivir, de ver, de contemplar la vida, de relacionarse con ella, humanista y brutal, que choca frontalmente con el pentagrama masculinizado, testosterónico, sobre el que se ha escrito una historia patriarcal que solo tiene sentido en el conflicto continuo, en la medición de fuerzas. Pacífi